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La torero jerezana Sandra Moscoso fue la triunfadora del festejo celebrado el pasado domingo en la localidad sevillana de Peñaflor, a beneficio del fondo de ayuda social de emergencia, tras cortar un total de tres orejas y salir a hombros de la plaza de toros portátil instalada para la ocasión.
Con casi medio aforo cubierto, se lidiaron ejemplares de Saltillo, Miura, Las Monjas, Alonso Moreno, Herrero Fernández de Córdoba y dos de Manuel Vázquez, que donaron sus reses para el citado evento benéfico, y todos los toreros actuaron desinteresadamente, incluido las cuadrillas.

Abrió plaza el matador de toros cordobés, Andrés Luis Dorado, ante un eral gordo pero de pocas fuerzas de la ganadería de Herrero Fernández de Córdoba. El burel resultó noble aunque a veces se vencía por el pitón derecho. Dorado le buscó bien las vueltas en una labor a la que le faltó emoción por culpa del novillo, rematada con una estocada caída. El fallo con el descabello redujo el premio a una ovación desde el tercio.
El segundo de su lote, un utrero de Miura que fue picado, salió con muchos pies y atosigó a Andrés Luis con el capote. Para ser de Miura, duró mucho en la muleta y se dejó bastante, sobre todo por el pitón izquierdo. Su matador alternó pasajes de mérito con otros de menos acople. Tras dos pinchazos y media estocada cortó una oreja.

El novillero madrileño José Manuel Sandín se las vio con uno de La quinta y otro de Saltillo. En su primero, un eral chico, de noble condición pero falto de emoción, pudimos ver detalles del buen concepto que atesora, aunque alargó la faena y el trasteo fue a menos necesariamente. Tras el fallo con los aceros escuchó palmas del respetable tras fuerte petición.
Con el de Saltillo más de lo mismo. Sandín se preocupó por agradar y puso todo de su parte. Hubo muletazos de buena composición y de cierto mérito, pues el de saltillo, manejable, que humillaba al principio pero salía con la cara a media altura, no regalaba las embestidas. También alargó la faena y tras dar muerte al eral le fue concedida una oreja con fuerte petición de la segunda.

La jerezana Sandra Moscoso fue la triunfadora del festejo, y no sólo por los trofeos cortados. El primero de su lote fue un eral de Alonso Moreno, al que saludó muy bien de capote con verónicas de buen trazo y empaque. Anduvo muy entregada y dispuesta en el tercio de muleta, logrando tandas de mérito, aunque la tendencia del novillo a salir con la cara arriba y distraído restó transmisión al conjunto de la faena. Dejó una estocada entera que no hizo mucho daño y otra entera de efecto fulminante. Cortó una oreja con fuerte petición de la segunda.
Importante fue la labor de Sandra en el séptimo de la tarde, un eral con genio y motor de Manuel Bajo. Se quedó muy mirón en la muleta, sobre todo por el derecho, había que esperarlo mucho, tocarlo en su preciso instante y titar la moneda. Sandra aguantó, esperó, no dudó en el cite y le ganó la partida gracias a su firmeza y exposición. Por el izquierdo fue algo más claro y consiguió naturales largos y de mano baja. Tras la estocada entera que precisó del descabello cortó con mucha fuerza las dos orejas de su antagonista. Tal y como hemos visto a Sandra, si el próximo domingo le sale uno embistiendo en Sevilla le corta las orejas. Que tenga suerte.

Cerraba la terna la becerrista local Antoñita Franco, que se las vio con dos añojos muy pequeños de la ganadería de Manuel Vázquez. Se le notó falta de oficio y confianza, aunque por momentos, dando los muletazos uno a uno o de dos en dos, se gustó y dejó entrever buenas maneras. De todas formas, la bisoñez de sus enemigos restó mucha importancia a los trasteos. Cortó una oreja en el primero y le regalaron las dos del que cerraba plaza.


Informa: Eduardo Duarte,
www.ruedosdelsur.com