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Gérard Depardieu, el actor francés define a la perfección a los atacantes del toreo… “Los antitaurinos son mas violentos que todos los matadores juntos”… Y la actriz, Ava Gardner, la misma que tantos amoríos vivió con toreros españoles de su época, alcanzo a vislumbrar la grandeza de la fiesta y en cierta ocasión se le escuchó decir. “Solo la cornada puede hacer famoso al torero mediocre”… En mí conocido aburrimiento al fin de semana es que encuentro en la lectura lo que acabo de anotar, hay más… En decolorados recortes leo, lo transcribo integro, respeto la ortografía… “Fué un Desastre la Corrida del Dom. 31”… “Carnicerito herido por uno de los bueyes, Liceaga a la enfermería y J. Prieto a la Cárcel”… Por notas aparecidas al lado de esta crónica, entreveo que la mencionada corrida se da por el mes de marzo del año de 1940, era un mano a mano anunciado con 4 toros de “Xajay”, que nunca se lidiaron, “se cambiaron” por “Chichimecos”, y a final de cuentas lo que mataron “Carnicerito” y Liceaga, fue de “Albarrada”, se agrega, “que pertenecen a las diferentes ganaderías mexicanas de toros de desecho”… Para no alargar esto, les diré que el tal señor J. Prieto, Juan, fue el empresario y ante la muy mala entrada vista no le quedo mas remedio que huir, pues a pesar de haber sido detenido y pagar irrisoria multa por la mala calidad del ganado, en cuanto se vio en la calle corrió dejando a los dos toreros heridos a su suerte. La herida de David Liceaga no era grave, la de “Carnicerito” si y permaneció, “internado”, por varios días en su habitación del hotel “Francia” bajo los cuidados gratuitos del doctor Oscar Hernández Duque… Páginas adelante algo de lo que se dice de Ponciano Díaz… -“Después de la alternativa en Puebla, se dirigió Ponciano a cumplir compromisos y a llenar fechas en numerosas plazas del interior. ¿Cuál era su corte de torear?... ¿Qué raros imanes tenia para que le adoraran los públicos?... Ante todo y sobre todo, levantaba oleadas de patriotería, discusiones apasionantes cuya finalidad esencial se dirigía a empañar los prestigios de los toreros españoles. El testimonio de Tablada no deja lugar a dudas. En aquellos tiempos calamitosos, escribe, la barbarie de villamelón consistía en pretender que el derroche de valor podía suplir las disciplinas especiales y pasarse las reglas instituidas por moros y españoles, tras de centurias de experiencia y observación. Los viejos toreros clásicos, Villaverde y Machío, conocían ese arte en todos sus detalles, hasta el punto de haber llegado a recibir toros, sin lograr conmover a un público ignaro que prefería ver caer al toro degollado tras de aquellos estoconazos que “cuarteando” o a “paso de banderillas” y sin previa faena de muleta propinaba Ponciano Díaz. De aquella diferencia de criterios nacían los conflictos. Un mínimo grupo de españoles y mexicanos que habían leído a los árbitros de la materia, Sánchez de Neira, Peña y Goñi, aplaudían y emulaban los esfuerzos de los viejos toreros de España, mientras que la inmensa mayoría de ignorantes veían esos fulminantes, pero innobles estocadas de Ponciano, el desideratum del arte o la mejor prueba de la supremacía nacional… Por lo demás aquel Ponciano cuya fanática idolatría causaba tales paroxismos, era buena persona aunque pésimo torero. Como jinete era excelente y maestro en las lucidas y útiles faenas del jaripeo, muy varonil, muy pintoresco y muy nuestro”.-… Hasta aquí parte de lo leído el fin de semana, pero no puedo terminar esto sin hacer alguna reflexión sobre el nativo, de la que se dice, es la ganadería mas antigua del mundo, “Atenco”… Me extraña de sobremanera lo conocido, siempre nos habían dicho que Ponciano era un torero fuera de serie y ahora entiendo un poco esta situación. Analizo que ante el poco concurso en nuestro país en aquellos tiempos, Ponciano acapara al aficionado, era el amo, un torero sin competidores, sin quien le hiciera sombra y de ahí que lo idolatraran. Lo que sabemos de su “triunfal” gira por España es más que entendible pues. Por allá se le vio como en torero extravagante, exótico, valiente en extremo y por eso se da lo que yo no pongo en duda, solo lo presiento o sospecho, Ponciano murió a finales del siglo antepasado e inclusive el autor de lo que les comparto creo nunca lo vio torear… Se sigue hablando de él y ni dudar que es parte importante de nuestra historia taurina, gracias a estos toreros se fue dando forma a la fiesta que en México tenemos… Ya encontraremos más de estos hombres, vale la pena conocer las memorias de ellos, de o perderlas… Nos Vemos.