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Debo de iniciar la crónica de la primera novillada con un resumen “a la española”, con la “ficha del festejo”, y pasar posteriormente a los comentarios. Ante un tercio del aforo de la plaza “San Marcos”, partieron plaza Ulises López, de negro y oro que se fue maltrecho a la enfermería cuando buscaba la igualada para matar a su enemigo, llamado “Cintrón”, de 382 kilos y marcado con el numero 42, Javier Gallardo lo pasaporto y se retiro en silencio.

En el segundo, “Leñatero”, de 420 kilogramos y herrado con el 62, Gallardo, de grana y oro, se vio aseado y mostró ser el más toreado de la sexteta, una oreja sin mayor fuerza le otorgaron.

De palo de rosa y oro vistió el tercer espada, Juan Ramírez. Ante un mar de dudas, achuchones y maromas, vio regresar vivo a “Jardinero”, de 391 kilos y con el número 120 en su costado.

El cuarto de la tarde, “Truena Dedos” con 407 kilos y numero 40, correspondió a Alain de Mora. Todo valor paseó un apéndice solicitado con fuerza.

Quinto, “Morrocotudo”, de 394 kilos y marcado con el 66, para el esbelto Jorge Didier. Una oreja.
Sexto y último. A Aldo Navarro le correspondió “Chimuelo”, de 380 kilogramos y en su costillar lucia el número 86, dos avisos.

Verdaderamente creo que existe un Dios muy especial el que cuida a los toreros hoy créanmelo toda la tarde el manto divino se hizo presente en el ruedo de la plaza de toros San Marcos. No entiendo el porque exista ese afán de adelantar toreros y exponerlos a un percance mayor, la tarde de ayer solamente Javier Gallardo que como digo líneas arriba fue el que se vio con mas soltura en su quehacer se salvo del golpe maroma o achuchon, de ahí en más todos los participantes y algunos miembros de su cuadrilla estuvieron en un tris de sufrir un percance grave.

No entiendo “con que vara” son medidos y el porque de anunciarlos con una novillada que se sabia de antemano viene de una casa ganadera en la cual predomina la casta, la bravura y así lo vimos en el coso “San Marcos”. A esto debemos de agregarle que las cuadrillas estorbaron más que ayudar que es la función primordial y el motivo por el que cobran, el auxiliar a sus matadores. Fatales los banderilleros tanto con capotes como en banderillas. Muy bien Cruz y Mauro Prado a caballo, mal el puntillero.

En lo anterior incluyo a los maestros y a la empresa pues en la tarde comentada solo vimos un “verdor” no justo ni digno para aspirar a vestirse de torero en plaza alguna que se jacte de querer ayudar y/o buscar las caras nuevas que han de representar en un futuro a la torería mexicana.

Perdimos la cuenta de golpes, de maromas, de momentos verdaderamente trágicos y como los cárdenos de “De Haro” se ensañaban con la presa que tenían en el suelo, es esto a lo que yo llamo un verdadero milagro, que salieran ilesos.

Cierto que hubo cortes de apéndices como ya lo he dicho y esperamos que sus maestros y empresa les hagan ver que no están listos para este tipo de empresas tan serias. Es muy diferente pero bastante y al grado superlativo el que se les vea bien en una ganadería o tentadero que para el caso es lo mismo a matar estas novilladas. Alain mostró una afición desmedida, Aldo se vio perdido, Ulises inadvertido, Didier con valor, de Juan Ramírez me habían dicho cosas mejores y Javier Gallardo fue el único que libro el paquete de la responsabilidad.

De los cárdenos de Haro pasaron “de noche”, de haber caído en otras manos, de muchachos mas toreados, mas placeados estaríamos hablando del triunfo que por hoy la inexperiencia de los actuantes se perdió. Los seis fueron alegremente al caballo y que no se equivoquen cuantas veces cogían a los toreros era por un error, con el toro bravo no se permiten los mismos. Enhorabuena a la familia de Haro González, dentro de ocho días se anuncia un encierro con esta misma sangre y en el cartel están, el español Roberto Galán, Fernando Labastida y la despedida de Gerardo Adame antes de su viaje a España.

Creo sin temor a equivocarme que los que estuvimos presentes estuvimos a punto de presenciar, no una, varias tragedias.

Se apareció en la plaza de toros “San Marcos” un manto divino, de esto ninguno salimos con duda. Ah, y esperamos comprendan que las orejas se las ganaron con valor, de técnica nada. Claro que la pericia, destreza o capacidad se aprende, les falta mucho y una orejita no es para que aspiren más allá de entrenar mucho. Yo no los repetía en fechas próximas. Se tributo un minuto de aplausos al inicio del festejo, por el reciente fallecimiento de la rejoneadora peruana Conchita Cintrón y del escritor Jesús Gómez Medina.


Informa: desde Aguascaliente (Mexico)
Pedro Julio Jimenez Vilaseñor